Autor: Óscar García Jurado / Texto original publicado en El Topo

No merece compasión /
quien siendo esclavo no quiere /
buscarle la solución.
Letra flamenca

Coop57 y el cooperativismo en Andalucía

Coop57 es una experiencia de finanzas éticas y solidarias que desde hace más de 15 años actúa como herramienta de transformación hacia otra economía. Formalmente, Coop57 desarrolla una actividad financiera como cooperativa de servicios. Con origen en Barcelona, desde 2008 Coop57 realiza su actividad en Andalucía. El objetivo principal de Coop57 es asociar y suministrar financiación a entidades de la economía social y solidaria y el asociacionismo popular que contribuyan a transformar la economía y la sociedad, de acuerdo con los principios del cooperativismo y las finanzas éticas.

El profesor Carlos Arenas Posadas nos dice que desde sus inicios en el siglo XIX hubo cooperativas andaluzas que nacieron con voluntad de emprender un modelo económico alternativo. La alternativa pasaba por el colectivismo frente a capitalismo privado. Empresa colectiva de muchos frente a la empresa individual y privilegiada de unos pocos. Lejos de cualquier viso de neutralidad, el aglomerado social que participaba del movimiento cooperativo jugó un papel fundamental en los movimientos “revolucionarios” de aquella época. El objetivo de su acción política era la consecución de un modelo de autogobierno local que satisficiera las expectativas del «pueblo».

Durante el siglo XX, el grueso del cooperativismo andaluz perdió los supuestos intelectuales e ideológicos que habían tenido en los treinta primeros años de su historia. El cooperativismo fue víctima de consideraciones asistenciales de tipo religioso, de maniobras oportunistas de los que veían en las cooperativas una fórmula para añadir a sus riquezas aquellas que provinieran de las ventajas concedidas por la administración. En Andalucía, sin embargo, y al compás de la crisis del régimen franquista y del capitalismo español desde mediados de los años sesenta del siglo XX, aparecerán notabilísimas excepciones que harán del cooperativismo tanto un  medio de vida como un arma ideológica y política de abierta oposición al régimen.

A principios del siglo XXI, cada día se hace más patente que el capitalismo andaluz no ha servido para poner a nuestra tierra a la altura de otros territorios ni del Estado español ni de Europa. La economía social y solidaria andaluza debe ser alternativa a un modelo de capitalismo que viene de siglos, en la que la propiedad y la empresa privada, que ha gozado de innumerables privilegios políticos, han jugado un pésimo papel a la hora de contribuir al desarrollo socioeconómico andaluz.

Ante esta situación nos parecen pertinentes las preguntas que en 1984 realizaba Maxime Haubert. «Si el cooperativismo es un sistema en el que los dueños de las empresas son los usuarios de las mismas, como productores o consumidores, ¿sería el cooperativismo una vía para que Andalucía sea dueña de sus recursos y actividades económicas y los dirija a satisfacer las necesidades prioritarias de los andaluces en materia de empleo, de vivienda, de alimentación, etc.? Si las cooperativas son empresas democráticas, responsables y solidarias, ¿sería el cooperativismo una vía para que haya en Andalucía más democracia, más responsabilidad y más solidaridad? Si las cooperativas son asociaciones en las que unen sus esfuerzos hombres y mujeres de los grupos sociales dominados y explotados, ¿sería el cooperativismo una vía para que no haya en Andalucía tanta dominación y tanta explotación?».

La economía social que impulsa Coop 57 

 Ahora bien, ¿qué economía social?, ¿qué cooperativismo? Durante estos últimos años son múltiples los tipos de cooperativismo y de modalidades de economía social que surgen en Andalucía. A muy grandes rasgos, se pueden encontrar, por un lado, un cooperativismo adaptativo o de mercado, como les llama Ángel Calle, compuesto por empresas que atienden a lógicas del capitalismo con una reducida democratización de la gestión empresarial. En estas iniciativas también estarían las que tienen por objetivo la defensa de los precios agrícolas. Por otro lado, estarían las iniciativas que pretenden caminar hacia un sistema socioeconómico alternativo, un cooperativismo transformador o economía social y solidaria autogestionaria que se dirige hacia una economía del «trabajo emancipado».

Desde Coop57 se apuesta en mayor medida por estas últimas iniciativas que por las primeras. Las entidades que formamos parte de Coop57 entendemos que la economía social debe huir del control del poder político y económico y apostar por generar unidades económicas de producción de bienes y servicios radicalmente democráticas, autónomas y sostenibles. Por tanto, Coop57 es un medio, una herramienta para el impulso de otra economía y la transformación social en beneficio de los de abajo. Si tenemos en cuenta que el cambio es inevitable, la cuestión es hacia donde se dirigirá ese cambio, y frente a un futuro donde el autoritarismo y la desigualdad sean características esenciales, apostar por, como dice José Luis Carretero, «una economía igualitaria, participativa y democrática, donde la ciudadanía pueda decidir libremente cómo generar y hacia donde derivar los recursos entre todos». En este sentido, la economía social y solidaria transformadora impulsa el control colectivo del excedente por lo que sirve para reducir las marcadas desigualdades que caracterizan al capitalismo.

Cooperativistas que amplíen la «brecha»

 A medio y largo plazo, el objetivo es hacer crecer la economía social y solidaria en Andalucía para que pueda convertirse en embrión de una economía poscapitalista. Para ello, entendemos imprescindible mantener su doble dimensión de sector socioeconómico y de movimiento social, y articular mercados sociales que sirvan para poder desconectar del mercado capitalista.

Además de financiación, desde Coop57 tenemos claro una evidencia elemental: para que haya cooperativas debe haber cooperativistas. En este sentido, nos parece muy útil guiarnos por los valores de los jornaleros andaluces (tal y como los han estudiado autores como Joan Martínez o Isidoro Moreno) para generar un buen funcionamiento cooperativo.  Así, «la unión», la cooperación, el apoyo mutuo y la relevancia de la comunidad ante la individualidad es esencial para impulsar formas colectivas de ejercer el liderazgo y las relaciones horizontales democráticas. Por otro lado, «el cumplir», la responsabilidad individual y el compromiso con uno mismo y con los demás haga que no haga ninguna falta el control y la disciplina de las empresas capitalistas convencionales. Por último, «el reparto», pues ante la igualdad en «el cumplir», igualdad en «el repartir». Y es que frente a la desigualdad e injusticia del capitalismo, apostamos por el acceso en condiciones de igualdad a los medios de producción y a los resultados de su uso.

En definitiva, desde Coop57 se desea impulsar esta «brecha en la sociedad capitalista», como la llamó K. Marx, y hacerla cada vez más grande. Promover iniciativas productivas donde cada persona trabajadora sea, a la vez, patrón de sí mismo y obrero, y donde se prescinda tanto del trabajo asalariado como de los empresarios capitalistas.