Un recorrido por la economía solidaria del Quebec

Quebec, septiembre de 2016

Entre los días 5 y 13 de septiembre, una delegación de Coop57 visitó Quebec, un territorio donde la economía social y solidaria cuenta con un fuerte arraigo. El motivo del viaje fue la participación en el Foro Mundial de la Economía Social (GSEF) que se celebró en Montreal entre los días 7 y 9 de septiembre  y poder conocer de primera mano diversas experiencias del modelo quebequés de economía social y solidaria.

El GSEF, dedicado a las alianzas entre los actores de la economía social y los gobiernos locales para el desarrollo inteligente y sostenible de las ciudades, tuvo un marcado cariz institucional. Tomaron parte cerca de 1.500 participantes de países de todos los continentes y acogió intervenciones y experiencias interesantes, pero, en general,  predominó un cariz expositivo que dejó poco espacio al debate y la profundización en las temáticas tratadas. Cómo suele ser habitual en este tipo de foros, lo más interesante fue poder establecer contactos con personas y entidades de economía social y solidaria de otras partes del mundo.

En el marco del GSEF, presentamos las líneas de colaboración que Coop57 y el Ayuntamiento de Sabadell estamos estableciendo para promover las entidades de economía social y solidaria acompañando la creación de nuevos proyectos, ayudando a la consolidación de los proyectos existentes, cesión de espacios, gestión comunitaria de equipamientos públicos, creación de fondos de avales para facilitar la financiación de los proyectos de economía solidaria, entre otras.

 

En paralelo al foro, se programaron algunas visitas a entidades de Montreal y alrededores para conocer experiencias interesantes, por ejemplo, en el ámbito de la vivienda cooperativa y comunitaria (con amplia trayectoria en Quebec), la inserción social, la atención a personas sin techo o la revitalización urbana. También pudimos visitar el Carrefour de les Finances Solidaires promovido por el sindicato católico quebequés CSN (la vinculación con el sindicalismo es uno de los disparos característicos de la economía social y solidaria) y pudimos compartir espacios y reflexiones con miembros de Le Chantier de l’Économie Sociale, la organización que agrupa la nueva generación de entidades de economía solidaria surgida a partir de los años 90.

Al acabar el Foro, la delegación de Coop57, junto con otras personas de la economía solidaria y de ayuntamientos catalanes, se desplazó a Gatineau, la capital de la región quebequesa del Outauais, donde la Coopérative de Développement Régional Outaouais-Laurentides (CDROL) organizó un calendario de visitas a experiencias de ámbitos y naturalezas muy diversas: desde un complejo deportivo a una cooperativa funeraria, pasando por una granja urbana cooperativa, mercados cooperativos de productos de proximidad, varias experiencias de cooperativas de artistas, cooperativas de jóvenes y universitarias o una lechería por valorizar la producción local. Estas visitas, aparte de posibilitar el conocimiento de algunos proyectos muy enriquecedores, nos permitieron profundizar en el modelo quebequés de economía social y solidaria, un modelo del cual podemos destacar algunos aspectos:

  • Surge muy vinculado a la población quebequesa francófona, tradicionalmente empobrecida y apartada de los lugares de poder político y económico, como forma de apoderamiento comunitario.
  • Se vincula con la construcción de un modelo de estado del bienestar que, en buena medida, pasa por la economía social y solidaria. Esto hace que los proyectes de economía social y solidaria cuenten con un alto nivel de subvenciones públicas y con una diversidad de herramientas de financiación con participación pública.
  • Este modelo quebequés de estado del bienestar implica que la economía social y solidaria cuente con un alto nivel de institucionalización, con las ventajas y los peligros que esto conlleva.
  • El alto nivel de institucionalización no quita que a menudo los proyectes de economía solidaria partan de una dinámica de reivindicación popular conflictiva o de procesos comunitarios potentes.
  • El movimiento de economía solidaria ha sido capaz de promover varias cooperativas de desarrollo regional (CDR) que tienen por misión acompañar los proyectos existentes y, sobre todo, las nuevas iniciativas. En la zona del Outaouais, la existencia de una CDR ha permitido acompañar el tránsito de procesos de reivindicación popular a proyectos de economía solidaria con amplia base comunitaria.
  • Este modelo de herramientas de acompañamiento para nuevos proyectos también se ha aplicado en el ámbito de la vivienda cooperativa y es clave para posibilitar que cada año se construyan en Quebec un número relevante de viviendas cooperativas y/o comunitarias.
  • La economía solidaria tiene una gran capacidad de promover modelos imaginativos e innovadores, con cooperativas de naturaleza distinta y con diferentes tipologías de socias. Todas ellas suelen contar con un arraigo comunitario y con una alta participación de personas voluntarias.
  • Dentro de la economía social y solidaria, hay una cierta “tensión” entre la institucionalización y la base social y entre la “vieja economía social” más institucionalizada y organizada por sectores de actividad (especialmente la federación de cooperativas de crédito Desjardins) y la “nueva economía social” que centra su actuación en el desarrollo local y comunitario.

 

La estancia en Quebec, además de comprender, en el marco del GSEF, cómo están impulsando la economía social y solidaria tanto el tejido social como las administraciones locales, nos ha permitido conocer con más profundidad la realidad de la economía social quebequesa y divisar como podemos aprovechar su recorrido, trayectoria y aprendizajes para reforzar la economía social y solidaria en nuestro entorno.